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Las mejores prácticas de gestión ambiental en la industria alimentaria

Las mejores prácticas de gestión ambiental en la industria alimentaria

Los consumidores muestran cada vez más interés en el cuidado ambiental y de su salud. Por eso, buscan comprender qué es el desarrollo sostenible y cómo ellos pueden contribuir e incentivar a las empresas a trabajar para lograrlo. Debido a esto, y en el contexto del cambio climático, las organizaciones saben que deben aplicar buenas prácticas de gestión ambiental para alcanzar la sostenibilidad.

¿Qué es la gestión ambiental?

Es una estrategia con la que se organizan las actividades humanas para que impacten lo menos posible en el ambiente. La gestión ambiental busca el desarrollo sostenible y se puede implementar entre las líneas de competitividad de las empresas (Acosta, 2019).  

 

Cómo se aplica la gestión ambiental en la industria alimentaria 

Para cuidar el ambiente con buenas prácticas de gestión ambiental, las empresas de alimentación deben:

  • Producir suficientes alimentos para una población en aumento. 
  • Mitigar las causas del cambio climático (Thomas, 2018).
  • Realizar una gestión sostenible del agua, mejorar la calidad de los vertidos y reutilizar residuos líquidos (Azti, 2019).
  • Reducir el impacto ambiental de sus envases.
  • Mantener la competitividad en una situación de dependencia energética (iAuditoria, 2018).

 

8 buenas prácticas de gestión ambiental en la industria alimentaria

1. Mejorar la eficiencia energética en los procesos de producción y envasado

Se logra instalando medidores, monitoreando regularmente o implementando soluciones de eficiencia energética. También, integrando energías renovables: electricidad renovable y sistemas de calefacción solar, biomasa o biogás (Higiene ambiental, 2018).

En Alpina ya contamos con una planta de biogás con la que generamos el 18% de la energía eléctrica que consumimos a nivel nacional en 2022. A su vez, garantizamos que 32% de la energía que consumimos provenga de fuentes renovables a través de su certificación. Así, el 50% de la electricidad que utilizamos proviene de fuentes renovables.

 

2. Gestionar agua de forma más sostenible

Se puede optimizar el consumo de agua en las operaciones de producción. También en la vida cotidiana de los espacios de trabajo; con medidas como instalar llaves con temporizador para impedir que queden abiertas, y en las tareas de limpieza y riego, por ejemplo, implementando sistemas de goteo (Azti, 2019). 

En Alpina, durante el 2022 logramos ahorrar 96.308 millones de litros de agua lo que equivale a 28.5 piscinas olímpicas. Para el 2023, nos propusimos ahorrar 45 millones de litros.

 

3. Incluir prácticas de economía circular

Se pueden reducir los envases mejorándolos con ecodiseño (Higiene ambiental, 2018). En Alpina logramos retirar 6 millones de pitillos plásticos del mercado. Los que hemos incluido en nuestros productos como Alpin, Avena esencial o Frutto, están compuestos por goma 100 % biodegradable y papeles que cumplen con los estándares FSC (Forest Stewardship Council).

También se pueden reutilizar productos descartados, ropa de trabajo y otros materiales. Y reciclar, por supuesto. 

 

4. Evaluar sostenibilidad ambiental de productos y operaciones

Para implementar en una empresa alimenticia un plan de acción para la correcta gestión ambiental, hay que revisar las prácticas de todas las áreas de trabajo. Para determinar si se despilfarran los recursos materiales o energéticos y para ver si se gestionan correctamente los residuos, vertidos y emisiones (Azti, 2019). 

Por ejemplo, en Alpina llevamos a cabo un estudio sobre nuestros empaques y envases para obtener su índice de reciclabilidad y analizar cómo incrementar este valor. Actualmente, el índice de reciclabilidad es cercano al 20%, sin embargo, para el 2023 esperamos que este aumente a través de cambios en nuestros empaques y envases.

 

5. Mejorar envases, otra práctica de gestión ambiental

En Alpina, a través del uso de ecodiseños e innovaciones, hemos venido reduciendo la cantidad de plástico que tienen nuestros empaques y envases.

Actualmente, las sobrecopas de Bon Yurt tienen hasta un 75% de plástico reciclado. El 100% del plástico de la botella de Soka es PET reciclado. Y, como este, hay muchos ejemplos de como en Alpina hemos mejorado nuestros envases y empaques.

 

6. Mejorar operaciones de transporte y distribución 

Se logra realizando el control de calidad y eficiencia de las operaciones de logística, optimizando el almacenamiento y las rutas (Higiene ambiental, 2018). 

En Alpina, contamos con la flota refrigerada más grande del país y, a través de la implementación Sistema de Gestión de Transporte (TMS) buscamos incorporar y programar un software especializado para la optimización del transporte. Con este programa se espera aumentar el uso de la capacidad de cada camión para evitar viajes.

 

7. Evitar desperdicio de alimentos en la fabricación

Mediante campañas de sensibilización al personal, se intentan reducir las pérdidas de inventario o auditorías de desechos (Higiene ambiental, 2018).

En Alpina, nos comprometemos a evitar completamente el desperdicio de alimentos en nuestra cadena de producción. Actualmente, seguimos implementando estrategias para optimizar procesos y monitorear la operación logística, además, donamos al Banco de Alimentos de Bogotá y la Asociación de Bancos de Alimentos de Colombia (ABACO) producto que llega a familias en todo el país.

 

8. Fomentar el cuidado ambiental entre colaboradores y clientes

Se logra informándoles sobre modos sostenibles de extraer materias primas. Además, animándoles a que reduzcan la cantidad de envases con que entregan sus productos (Vega, 2021). 

En Alpina tenemos el compromiso de fomentar prácticas de ganadería sostenible. Por ello implementamos un código de conducta que buscó caracterizar las prácticas de nuestros proveedores ganaderos y establecer una línea base. Con base en estos resultados, a través de las visitas de asistencia técnica y días de campo, buscamos entregar recomendaciones para fomentar la implementación de mejores prácticas que estén en sincronía con el medio ambiente.


Todas estas prácticas de gestión ambiental mejoran la reputación de una empresa. También permiten ahorrar costos por la optimización de recursos y energía. Además, pueden proporcionar bonificaciones adicionales a las empresas (Acosta, 2019). Ya no hay excusas para que las empresas de la industria alimentaria se comprometan con el cuidado del ambiente.

 

Referencias bibliográficas

Acosta, M. (2019). Qué es la gestión ambiental. https://www.ecologiaverde.com/que-es-la-gestion-ambiental-2035.html

Alpina. (2021). Informe de sostenibilidad 2020. https://sostenibilidadalpina2020.com/

Azti. (2019). Buenas prácticas ambientales en la industria alimentaria. https://www.azti.es/wp-content/uploads/2019/03/buenas-practicas-ambientales-en-la-industria-limentaria-azti.pdf

Higiene ambiental. (2018). Las mejores prácticas de gestión ambiental en la producción de alimentos y bebidas. https://higieneambiental.com/higiene-alimentaria/las-mejores-practicas-de-gestion-ambiental-en-la-produccion-de-alimentos-y-bebidas

iAuditoria. (2018). El impacto ambiental provocado por la industria alimentaria. https://iauditoria.com/el-impacto-ambiental-provocado-por-la-industria-alimentaria/

Thomas, L. (2018). El reto de la sostenibilidad en la industria de la alimentación y bebidas. https://www.abb-conversations.com/es/2018/10/el-reto-de-la-sostenibilidad-en-la-industria-de-la-alimentacion-y-bebidas/

Vega, G. (2021). ¿Cómo han impulsado la demanda y los nuevos hábitos de consumo la producción sustentable de alimentos? https://thefoodtech.com/tendencias-de-consumo/como-han-impulsado-la-demanda-y-los-nuevos-habitos-de-consumo-la-produccion-sustentable-de-alimentos/

 



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